Quienes somos

Profesionales de la psicología, la medicina y la empresa, con amplia experiencia en la salud física, emocional y en el desarrollo y gestión de habilidades personales.

nuestra filosofía

La investigación científica ha mostrado ampliamente la interacción de factores emocionales con el funcionamiento adecuado del organismo humano.

El estrés crónico y la experiencia traumática modifican la producción de hormonas y neurotransmisores hasta el punto de provocar alteraciones funcionales en los sistemas endocrino, inmunológico y nervioso que empeoran nuestra salud, llegando a hacernos enfermar.

somos cuerpo, no solo tenemos cuerpo

La tradición científica moderna y la medicina actual tienden a considerar el cuerpo siguiendo la teoría dualista propuesta por Descartes, separándolo de “la mente” (los sentimientos, las emociones).

La defensa a ultranza de este dualismo, priorizando lo biológico como algo independiente de las experiencias emocionales, genera una crisis profunda de la idea de persona como un todo integrado.

Como resultado, la medicina mira el síntoma y busca el origen biológico,  nos medican y en muchas ocasiones curan el síntoma, pero ¿qué ocurre cuando seguimos sintiendo que nuestra vida no va bien y al poco tiempo surgen nuevos síntomas una y otra vez?

Quizá hay que buscar más profundo, entender la interacción entre los principales Sistemas regulatorios de nuestro cuerpo: Sistemas Nerviosos Central y Autónomo, Sistema Inmunológico, y Sistema Endocrino y cómo las situaciones traumáticas afectan en esta interacción.

NUESTRO OBJETIVO

Buscar evidencia científica contrastada, aunar conocimientos y experiencia para llegar ahí, para entender qué ha podido provocar ese “desajuste” entre las partes del cuerpo que nos hace enfermar, para tratarte, acompañarte y ayudarte a conseguir mejorar tu salud y calidad de vida, trabajando, además de los síntomas, una causa posible del origen de esa alteración, el trauma.

Tratando el trauma con EMDR podemos ayudar a que el cuerpo se acerque a la situación de homeostasis necesaria para la salud.

Nos focalizamos en apoyarte para que recuperes el uso y desarrollo de tus capacidades.

Mar León Villalba

Algo sobre mí

Me considero muy curiosa. Desde niña he intentado entender el porqué de lo que nos rodea, aprender. En este afán de conocimiento encontré en la ciencia un refugio, un medio que me explicaba cómo funciona el mundo.

Mi experiencia universitaria se inició a través de la ingeniería. Como Ingeniero desarrollé aún más ese espíritu inconformista que en más de una ocasión no fue interpretado adecuadamente en mis relaciones interpersonales, como algo favorable. No me vale que «algo es» porque todo el mundo lo acepte, para mí “algo es” cuando el conocimiento analítico-científico nos da pruebas o indicios de ello.

También, reconozco que encontrar soluciones a problemas reales o probables, base de un proyecto de ingeniería, me ha enseñado a buscar alternativas, a no conformarme con “buscar únicamente una solución”, a tener varias opciones por si surgen situaciones imprevistas. Me encantaba mi trabajo no sólo por el conocimiento sino también por la forma y la actitud que me permitía desarrollar para afrontar los retos en todo momento.

Y esas situaciones imprevistas aparecieron en mi vida. De pronto, sin previo aviso, o no fui consciente de ello, mi salud empeoró. No entendía nada, podía mantener jornadas de 10 horas sin sentir cansancio, me sentía vital, pero empecé a notar “lagunas de memoria, me costaba concentrarme y perdía peso”. No le di importancia hasta que un problema dermatológico me derivó a reumatología: Me diagnosticaron una enfermedad autoinmune y estrés crónico. Hasta ese momento la ciencia me había ayudado a entender el mundo, pero no a entender mi cuerpo.

En mi afán de entenderlo amplié mi campo de estudio. Necesitaba comprender qué le estaba pasando a mi cerebro y a mi cuerpo y así comencé a estudiar qué es el Estrés y cómo altera el organismo. Cuanto más aprendía más quería saber…… me entusiasmé con el diseño de ingeniería más increíble… El cerebro humano.

Estudiar psicología me ha apasionado, y focalizarme en intentar entender los mecanismos del Estrés, el Trauma y su tratamiento, se ha convertido en mi objetivo. Como ingeniero no puedo separar los síntomas llamados “psicológicos” de los físicos. Somos una máquina complejísima con Sistemas Fisiológicos que interactúan entre sí, y en mi opinión, no tiene base científica intentar separarlos. Si algo nos duele nuestro estado de ánimo se ve afectado, de igual manera, si estamos asustados, nos sentimos agredidos, impotentes o tristes, probablemente sintamos malestar en el estómago, taquicardias, entumecimientos o cualquier otro síntoma en nuestro cuerpo.

Contando mi experiencia me he dado cuenta de que mi relación con mi cuerpo ha pasado por varias etapas: vergüenza (durante mi infancia y adolescencia no me gustaba), indiferencia (no siendo consciente de que estaba ahí), rabia (detestando tener una enfermedad degenerativa sin cura conocida), aceptación-colaboración (hice las paces con él) y admiración-orgullo. En esta etapa, por fin he entendido que mi cuerpo es el que me permite ser lo que soy, me avisa cuando algo no va bien para que lo repare. El malestar y el dolor son la forma en la que mi cuerpo me “habla” para avisarme de que algo está mal y me está dañando. No duele para hacerme la vida imposible y martirizarme, lo hace para que busque la manera de arreglar lo que me daña.

Y en este punto estoy ahora. Reconvertida de ingeniero a psicóloga, intentando conocerme, aprender y ayudar a personas que, como en mi caso, han tenido una experiencia vital que las ha llevado a situaciones de enfermedad.

Te invito a compartir conmigo esta experiencia.

Mar León Villalba

Algo sobre mí

Me considero muy curiosa. Desde niña he intentado entender el porqué de lo que nos rodea, aprender. En este afán de conocimiento encontré en la ciencia un refugio, un medio que me explicaba cómo funciona el mundo.

Mi experiencia universitaria se inició a través de la ingeniería. Como Ingeniero desarrollé aún más ese espíritu inconformista que en más de una ocasión no fue interpretado adecuadamente en mis relaciones interpersonales, como algo favorable. No me vale que «algo es» porque todo el mundo lo acepte, para mí “algo es” cuando el conocimiento analítico-científico nos da pruebas o indicios de ello.

También, reconozco que encontrar soluciones a problemas reales o probables, base de un proyecto de ingeniería, me ha enseñado a buscar alternativas, a no conformarme con “buscar únicamente una solución”, a tener varias opciones por si surgen situaciones imprevistas. Me encantaba mi trabajo no sólo por el conocimiento sino también por la forma y la actitud que me permitía desarrollar para afrontar los retos en todo momento.

Y esas situaciones imprevistas aparecieron en mi vida. De pronto, sin previo aviso, o no fui consciente de ello, mi salud empeoró. No entendía nada, podía mantener jornadas de 10 horas sin sentir cansancio, me sentía vital, pero empecé a notar “lagunas de memoria, me costaba concentrarme y perdía peso”. No le di importancia hasta que un problema dermatológico me derivó a reumatología: Me diagnosticaron una enfermedad autoinmune y estrés crónico. Hasta ese momento la ciencia me había ayudado a entender el mundo, pero no a entender mi cuerpo.

En mi afán de entenderlo amplié mi campo de estudio. Necesitaba comprender qué le estaba pasando a mi cerebro y a mi cuerpo y así comencé a estudiar qué es el Estrés y cómo altera el organismo. Cuanto más aprendía más quería saber…… me entusiasmé con el diseño de ingeniería más increíble… El cerebro humano.

Estudiar psicología me ha apasionado, y focalizarme en intentar entender los mecanismos del Estrés, el Trauma y su tratamiento, se ha convertido en mi objetivo. Como ingeniero no puedo separar los síntomas llamados “psicológicos” de los físicos. Somos una máquina complejísima con Sistemas Fisiológicos que interactúan entre sí, y en mi opinión, no tiene base científica intentar separarlos. Si algo nos duele nuestro estado de ánimo se ve afectado, de igual manera, si estamos asustados, nos sentimos agredidos, impotentes o tristes, probablemente sintamos malestar en el estómago, taquicardias, entumecimientos o cualquier otro síntoma en nuestro cuerpo.

Contando mi experiencia me he dado cuenta de que mi relación con mi cuerpo ha pasado por varias etapas: vergüenza (durante mi infancia y adolescencia no me gustaba), indiferencia (no siendo consciente de que estaba ahí), rabia (detestando tener una enfermedad degenerativa sin cura conocida), aceptación-colaboración (hice las paces con él) y admiración-orgullo. En esta etapa, por fin he entendido que mi cuerpo es el que me permite ser lo que soy, me avisa cuando algo no va bien para que lo repare. El malestar y el dolor son la forma en la que mi cuerpo me “habla” para avisarme de que algo está mal y me está dañando. No duele para hacerme la vida imposible y martirizarme, lo hace para que busque la manera de arreglar lo que me daña.

Y en este punto estoy ahora. Reconvertida de ingeniero a psicóloga, intentando conocerme, aprender y ayudar a personas que, como en mi caso, han tenido una experiencia vital que las ha llevado a situaciones de enfermedad.

Te invito a compartir conmigo esta experiencia.